lunes, 18 de abril de 2011

La vida de los pollos "de engorde" de AnimaNaturalis

La vida de los pollos "de engorde"

Los "pollos de engorde" y las gallinas "ponedoras" vienen al mundo dentro de cajones de incubadoras industriales, y son repartidos a los diferentes tipos de granja de acuerdo al uso que se predeterminó para ellos: aves destinadas a la cría, incubadoras, pollos para el consumo, etc.

Los pollos "de engorde" son el resultado de una selección genética realizada para obtener una raza que engorde rápidamente. Se matan al año más de seis mil millones de estas aves1 lo que equivale a obtener 33 millones de toneladas de músculos, tendones y grasa2. Se trata de uno de los animales más explotados por su carne debido a su relativa eficiencia en términos de cantidad de carne v/s tiempo de desarrollo.

En estas explotaciones viven prácticamente amontonados en densidades de unos 35 kg por m2 (lo que equivale a más de ocho aves por metro cuadrado, aunque no son pocos los casos en que alcanzan a vivir 12 o 13, e incluso se llega a intentar convivir de 15 a 19 aves por metro cuadrado)3. La dieta proporcionada consiste en preparados con un alto contenido en proteínas, grasa, antibióticos y hormonas para acelerar su engorde. En este medio, las aves apenas perviven en el ambiente irrespirable generado por el hacinamiento, sus excrementos y el amoníaco de sus orines. Muchas aves sufren enfermedades respiratorias crónicas, bronquitis y quemaduras oculares producto del permanente contacto con el amoníaco. Estas quemaduras afectan, incluso, a los trabajadores de estas dependencias, que apenas pasan unas horas al día dentro de estos pabellones de crianza y engorde.


Debido al ritmo estresante que soportan en condiciones de hacinamiento y frustración de sus instintos, las gallinas y pollos de granja tienen su sistema inmune deprimido, por lo que han de ser medicados permanentemente a través de la alimentación para evitar el contagio de enfermedades. Aún así, aproximadamente el 20% de las aves criadas bajo esas condiciones muere a causa del estrés y las enfermedades contagiosas4. Asimismo, el 60% de las aves que se venden en el supermercado están infectadas con la bacteria de salmonella viva5.

La selección genética realizada con el fin de cubrir la demanda y reducir costes de producción causa enfermedades óseas graves a las aves, provocándoles dolor crónico y deformidades, haciendo que cada movimiento sea dificultoso. Incluso llegan a sufrir colapsos pulmonares y paros cardíacos debido al rápido desarrollo de sus músculos y la debilidad de su esqueleto.  Una investigación encubierta realizada por PETA en 1994 dentro de la industria de los «pollos de engorde» también reveló que las aves sufren de deshidratación, enfermedades respiratorias, infecciones bacteriales, ataques cardíacos, piernas lisiadas y otras serias dolencias.
 
Todas estas condiciones de estrés físico generan conductas como el canibalismo en animales tan territoriales como las gallinas, de manera que se descargan y atacan picoteándose incesantemente, y arrancándose sus plumas. Por ello, cuando aún son pollos se les mutilan sus picos sensibles (conformados de huesos y tejidos sensitivos, de los que se amputa hasta dos tercios) con cuchillas candentes y sin anestesia, lo cual les provoca un dolor persistente por días o hasta meses6. En ocasiones los criadores deciden amputarles los dedos, espolones y crestas, en cualquier caso sin suministrarles ningún analgésico, todo lo cual está permitido por la legalidad vigente. El procedimiento es tan doloroso que muchos mueren del shock o del hambre porque no pueden comer sintiendo un dolor tan intenso en la zona del pico (y los que sobreviven suelen convivir un tiempo con los cadáveres, ya que no son removidos en bastante tiempo).

Como si esto fuera poco, los ciclos biológicos de los pollos son alterados por medio de la luz artificial, no penetrando casi nunca los rayos del sol a través de los muros de las granjas (y viviendo en penumbra permanente dentro de esas naves). Por medio del control de la duración de los periodos de luz y oscuridad se consigue la máxima producción en el menor tiempo7.

Máxime a los 55 días de edad y alcanzado el peso deseado, los pollos "de engorde" son enviados al matadero. Sin embargo, dependiendo del sistema de crianza, a veces son enviados al matadero a los 42, 36 o incluso 21 días, con un promedio de peso de 2,5 kg. cada uno.

Referencias:



1Mason, Jim and Peter Singer, Animal Factories, página 6-8.

2Han llegado a alcanzar la cifra de 9 mil millones, y sólo en España son más de 500 millones de muertos, junto a los 50 millones de gallinas muertas (Estadísticas Agroalimentarias del MAPA), aunque el volumen de pollos suele contabilizarse en toneladas dada su magnitud astronómica. De acuerdo a documentos de FENAVI, en 2002, el número de pollos sacrificados para comida en Colombia era cercano a 370 millones, produciendo 366 mil toneladas de carne. La legislación concerniente a su trato en España: Real Decreto 108/2005, de 16 de septiembre, de ordenación de la avicultura de carne, 29 de septiembre de 2005, núm 233.
3Sea como sea, en el mejor de los casos, su espacio vital es equivalente a meter un periquito en un bote de mermelada.
4«Factory Farming», United Animal Defenders, Inc. página 3.
5Burros, Marian, "Clinton Plan Would Move Meat and Poultry Inspections to F.D.A.", The New York Times, septiembre 13, 1993.
 
6En la normativa vigente en España, se lee: «para evitar el picado de las plumas y el canibalismo, se podrá recortar el pico de las aves siempre y cuendo dicha operación sea practicada por personal cualificado y sólo sobre los polluelos de menos de diez días destinados a la puesta de huevos».
7Para tal fin se idea ese control de la duración, que en España recomiéndase de 8 horas de reposo y 16 de producción. Ver Real Decreto 3/2002, de 11 de enero, por el que se establecen las normas mínimas de protección de las gallinas ponedoras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario